La comida en el restaurante es un verdadero deleite, con un menú de tres platos que resalta verduras frescas y un pescado de la zona que sorprende a cada bocado. Además, el servicio del personal, como el de Paco, fue un aire fresco que salvó nuestra experiencia.

Las camas eran de un memory foam tan duro que tenía que buscar posiciones extrañas solo para dormir. Para colmo, no había gel de ducha, así que me vi en la necesidad de salir a buscar en un supermercado.

vistas al mar, terraza exterior, aparcamiento gratuito

Se podría mejorar el tamaño del televisor!!! La falta de minibar y caja de seguridad en las habitaciones resulta decepcionante. Además, el aparcamiento puede llenarse rápidamente, lo que genera complicaciones innecesarias.

las vistas desde la habitación son impresionantes y agradecemos la atención del personal. el desayuno fue un poco limitado en opciones.

Buena locación y servicio

La ubicación es top, justo en la playa. El personal es super amable y atenta, siempre dispuestos a ayudar. Las habitaciones son sencillas pero muy limpias. Eso sí, el desayuno se queda corto en variedad y calidad, no es lo que esperas en un hotel así. Ideal para descansar y disfrutar del mar.

Lo que no te cuentan

Este lugar es un auténtico hallazgo. Las habitaciones ofrecen vistas al mar inigualables, y la comida en el restaurante destaca por su frescura, especialmente los platos de marisco. El ambiente tranquilo y familiar, ideal para desconectar. Sin embargo, el desayuno podría ser más variado. ¡Volveré con gusto!

en mi reciente estancia en sant carlos de la ràpita, el hotel superó mis expectativas. la comida en el restaurante fue exquisita, destacando la frescura del pescado local. además, la terraza exterior ofrece una vista espectacular al mar que hace que la experiencia sea aún más memorable.

el minibar no estaba disponible.

Las habitaciones con vistas a la Bahía de Alfaques son tan impresionantes que parecían sacadas de una postal. El desayuno continental me hizo sentir como si estuviera en un mercado de delicatessen, con croissants recién horneados y una variedad de zumos orgánicos que le darían celos a cualquier brunch de domingo.

Wi-Fi inestable

Las vistas desde la habitación son espectaculares, justo al mar. La comida en el restaurante es buena, especialmente los platos de pescado. Sin embargo, el desayuno es bastante limitado en variedad. La conexión Wi-Fi es inestable, lo que resulta incómodo.

Las vistas al mar desde la habitación son impresionantes, ofreciendo un paisaje que se siente como una postal. La terraza exterior proporciona un lugar excelente para disfrutar de la cena viendo el atardecer.

El desayuno es bastante limitado, con opciones que no siempre satisfacen, como un menú único que no permite cambios. Además, el aparcamiento, aunque es gratuito, se llena rápidamente debido a los clientes del restaurante, lo que puede poner en aprietos a los huéspedes del hotel. En la planta primera, hay un ruido constante de los comensales justo debajo del balcón, lo que puede afectar la tranquilidad durante el descanso. Me quedé sin poder aparcar ningún día de mi estancia.

La ubicación es perfecta, con todas las habitaciones ofreciendo vistas al mar. Disfrutamos de una cena maravillosa en la terraza, donde los platos, como las almejas a la marinera y el atún rojo, estaban deliciosos. Sin embargo, la atención del personal fue deficiente en ciertos momentos, especialmente al intentar extender nuestra estancia. Además, la falta de comprensión y amabilidad de un miembro del personal fue decepcionante, lo que opacó un poco la experiencia positiva.

Como chef, busco experiencias culinarias únicas y en Juanito Platja las encontré. El menú, con pescado fresco y una preparación que destaca los sabores locales, me sorprendió gratamente. Aunque el desayuno podría ser más variado, la atención del personal, especialmente de los camareros, hizo que la estancia valiera la pena.